Un contrato inteligente es un algoritmo que existe en Blockchain y permite la gestión automatizada de las criptomonedas con las que interactúa, que se convierten en valor programable.
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El nacimiento de los contratos inteligentes
La idea de un contrato inteligente nació junto con Ethereum, la primera cadena de bloques destinada precisamente al desarrollo y ejecución de DApp.
El concepto en el que se basa es permitir la gestión de valor automatizada y programable, la columna vertebral sobre la que se construyen todos los servicios financieros sin intermediarios y descentralizados.
Los primeros contratos inteligentes
Los primeros contratos inteligentes eran sumamente simples, con el tiempo se empezaron a combinar y hacerlos interactuar para construir las llamadas DApps (aplicaciones descentralizadas, de las cuales DeFi es un ejemplo).
Una de las primeras funciones que llevaron a cabo los contratos inteligentes tuvo que ver con el crowdfunding y la tokenización: la emisión de nuevos tokens a cambio de una contribución, más conocida como ICO. De esta manera, cualquiera podía participar en la recaudación de fondos de nuevos proyectos Crypto, convirtiéndose también en «accionistas» (lo pongo entre comillas porque muchas veces los tokens emitidos no daban beneficios directos, sino solo utilidad en la plataforma del proyecto en cuestión).
Se necesitaban dos contratos inteligentes, uno para crear el token y otro para entregarlo a los contribuyentes.
El contrato inteligente de creación de tokens contenía sus datos económicos básicos, como el suministro (cantidad de tokens existentes), el símbolo y el nombre.
El crowdfunding, por otro lado, contiene sus reglas: el tipo de cambio, cuántos tokens se deben distribuir como máximo, el mínimo por debajo del cual se cancela la venta en caso de falla, y más.
Hay que tener mucho cuidado al crear un contrato, ya que, una vez subido a la cadena de bloques, ya no es posible modificarlo (la única forma es crear otro).
Estos primeros experimentos, por sencillos que sean, han sentado las bases de la mayoría de los proyectos existentes en la actualidad, que se basan en los llamados tokens ERC-20, el estándar introducido por Ethereum.
Del contrato inteligente a la DApp
El siguiente paso fue combinar diferentes contratos entre sí, para crear lógicas más complejas. Nació el concepto de DApp.
Con el crecimiento del ecosistema Ethereum, se empezó a pensar en las primeras plataformas descentralizadas de servicios financieros (las llamadas DeFi).
No podrían desarrollarse con un solo contrato inteligente detrás de ellos, cuya funcionalidad habría sido demasiado limitada. Por ello, pensamos en diferentes lógicas, obtenidas combinando varias de ellas, optimizando su ejecución y permitiendo operaciones que antes eran impensables como préstamos, gestión de liquidez y colateralización.
Tomemos como ejemplo una plataforma de préstamo “trivial”, como es AAVE.
Su propósito es poner en contacto a quienes tienen liquidez “estacionada” para prestar y quienes la necesitan y están dispuestos a pagar intereses para tomarla prestada, depositando además garantías en forma de cripto.
Necesitará saber el precio en tiempo real de las monedas que administra, conocer la tasa de colateralización de los préstamos, gestionar las liquidaciones y cambiar las tasas de interés para incentivar siempre el uso de la propia plataforma. Para cada una de estas funciones existe un contrato que, además de llevarla a cabo, se comunica con otros para coordinarse.
El usuario no sabe todo esto, por supuesto: el objetivo es facilitarle la vida. Por lo tanto, interactuará con una página web que, a su vez, hablará con Metamask, una interfaz que permite que el navegador interactúe con la cadena de bloques de Ethereum. Con clics y entradas de teclado, el usuario iniciará las operaciones solicitadas, que reenviarán a los contratos inteligentes y se ejecutarán.
El usuario tendrá comentarios sobre lo que ha hecho. Siguiendo con el ejemplo de los préstamos, sabrá cuánta liquidez ha depositado, cuánto está ganando, etc.
Contrato inteligente, DApp y seguridad
A medida que crece la complejidad de las DApps, también aumenta el riesgo de errores y comportamientos no deseados.
Los contratos inteligentes de Ethereum están escritos en Solidity, un lenguaje llamado Turing Complete: se puede programar para hacer casi cualquier cosa. Como resultado, se vuelve difícil formalizar su seguridad y garantizar que la DApp no presente ningún error o vehículo que pueda usarse maliciosamente para dañar a los usuarios.
Entonces nacen los auditores, cuyo trabajo es examinar el código y encontrar cualquier defecto. Como se mencionó anteriormente, ni siquiera una auditoría garantiza la seguridad completa en un contrato inteligente, por lo que a menudo se realiza más de una.
La seguridad de una DApp depende, más que del número de auditorías recibidas, de su historial y longevidad: si ha estado gestionando un capital elevado y lleva mucho tiempo haciéndolo sin haber sido hackeada nunca, es mucho más probable que este bien cuidado. Sin embargo, podemos decir con certeza que el riesgo cero, por ahora, no existe.
Conclusión
Para concluir, podemos decir que un contrato inteligente es un algoritmo ejecutado en la cadena de bloques que recibe entradas específicas, las procesa de acuerdo con las reglas que contiene y finalmente devuelve salidas.
Comparado con un programa informático clásico, las diferencias son evidentes:
- La primera es que las entradas y salidas de un contrato inteligente son transacciones financieras en Blockchain que contienen datos y criptomonedas.
- Además, la ejecución está descentralizada: no hay un servidor central en el que se ejecute el programa, sino que está distribuido en multitud de nodos.
- Finalmente, Ethereum cuenta con un lenguaje de programación creado específicamente para el desarrollo de contratos inteligentes, llamado Solidity.
Cualquiera puede escribir un contrato y subirlo a la cadena de bloques de Ethereum. Una vez hecho esto, ya no se puede editar ni eliminar, y siempre ejecutará los comandos programados en él, o al menos mientras reciba las interacciones necesarias como entrada.
Los contratos inteligentes han habilitado todo lo que ahora conocemos como DeFi, una de las mayores innovaciones no solo en el sector de las criptomonedas, sino sin duda también en tecnología y finanzas.